Aunque parezca increible, el siguiente discurso lo da el presidente de Uruguay, o sea, un politico en activo. Os dejo el link al video, y además la transcripción del discurso.
Video descargado desde:
https://www.youtube.com/watch?v=tcADPhlribY
Discurso descargado desde:
http://estudiosdelaener.blogspot.com.es/2012/06/notable-discurso-de-jose-mujica.html
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Texto del
discurso pronunciado por José Mujica, Presidente de la República
del Uruguay, en la cumbre Río+20
Autoridades presentes de todas la latitudes y organismos, muchas gracias. Muchas gracias al pueblo de Brasil y a su Sra. Presidenta, Dilma Rousseff. Muchas gracias a la buena fe que, seguramente, han manifestado todos los oradores que me precedieron.
Expresamos la íntima
voluntad como gobernantes de acompañar todos los acuerdos que, esta,
nuestra pobre humanidad, pueda suscribir.
Sin embargo,
permítasenos hacer algunas preguntas en voz alta. Toda la tarde se
ha hablado del desarrollo sustentable. De sacar las inmensas masas de
la pobreza.
¿Qué es lo que aletea
en nuestras cabezas? ¿El modelo de desarrollo y de consumo, que es
el actual de las sociedades ricas? Me hago esta pregunta: ¿qué le
pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción
de autos por familia que tienen los alemanes?
¿Cuánto oxígeno nos
quedaría para poder respirar? Más claro: ¿Tiene el mundo hoy los
elementos materiales como para hacer posible que 7 mil u 8 mil
millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y de
despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales?
¿Será eso posible? ¿O tendremos que darnos algún día, otro tipo
de discusión? Porque hemos creado esta civilización en la que
estamos: hija del mercado, hija de la competencia y que ha deparado
un progreso material portentoso y explosivo. Pero la economía de
mercado ha creado sociedades de mercado. Y nos ha deparado esta
globalización, que significa mirar por todo el planeta.
¿Estamos gobernando la
globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? ¿Es
posible hablar de solidaridad y de que “estamos todos juntos” en
una economía basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde
llega nuestra fraternidad?
No digo nada de esto
para negar la importancia de este evento. Por el contrario: el
desafío que tenemos por delante es de una magnitud de carácter
colosal y la gran crisis no es ecológica, es política.
El hombre no gobierna hoy a las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre. Y a la vida. Porque no venimos al planeta para desarrollarnos solamente, así, en general.
El hombre no gobierna hoy a las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre. Y a la vida. Porque no venimos al planeta para desarrollarnos solamente, así, en general.
Venimos al planeta para
ser felices. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale
como la vida y esto es lo elemental. Pero si la vida se me va a
escapar, trabajando y trabajando para consumir un “plus” y la
sociedad de consumo es el motor, -porque, en definitiva, si se
paraliza el consumo, se detiene la economía, y si se detiene la
economía, aparece el fantasma del estancamiento para cada uno de
nosotros- pero ese hiper consumo es el que está agrediendo al
planeta. Y tienen que generar ese hiper consumo, cosa de que las
cosas duren poco, porque hay que vender mucho. Y una lamparita
eléctrica, entonces, no puede durar más de 1000 horas encendida.
¡Pero hay lamparitas que pueden durar 100 mil horas encendidas! Pero
esas no se pueden hacer porque el problema es el mercado, porque
tenemos que trabajar y tenemos que sostener una civilización del
“úselo y tírelo”, y así estamos en un círculo vicioso.
Estos son problemas de
carácter político que nos están indicando que es hora de empezar a
luchar por otra cultura.
No se trata de
plantearnos el volver a la época del hombre de las cavernas, ni de
tener un “monumento al atraso”. Pero no podemos seguir,
indefinidamente, gobernados por el mercado, sino que tenemos que
gobernar al mercado.
Por ello digo, en mi
humilde manera de pensar, que el problema que tenemos es de carácter
político. Los viejos pensadores –Epicúreo, Séneca o incluso los
Aymaras- definían: “pobre no es el que tiene poco sino el que
necesita infinitamente mucho, y desea más y más”. Esta es una
clave de carácter cultural.
Entonces, voy a saludar
el esfuerzo y los acuerdos que se hacen. Y los voy acompañar, como
gobernante. Sé que algunas cosas de las que estoy diciendo,
“rechinan”. Pero tenemos que darnos cuenta que la crisis del agua
y de la agresión al medio ambiente no es la causa.
La causa es el modelo de civilización que hemos montado. Y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir.
La causa es el modelo de civilización que hemos montado. Y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir.
Pertenezco a un pequeño
país muy bien dotado de recursos naturales para vivir. En mi país
hay poco más de 3 millones de habitantes. Pero hay unos 13 millones
de vacas, de las mejores del mundo. Y unos 8 o 10 millones de
estupendas ovejas. Mi país es exportador de comida, de lácteos, de
carne. Es una penillanura y casi el 90% de su territorio es
aprovechable.
Mis
compañeros trabajadores, lucharon mucho por las 8 horas de trabajo.
Y ahora están consiguiendo las 6 horas. Pero el que tiene 6 horas,
se consigue dos trabajos; por lo tanto, trabaja más que antes. ¿Por
qué? Porque tiene que pagar una cantidad de cuotas: la moto, el
auto, y pague cuotas y cuotas y cuando se quiere acordar, es un viejo
reumático –como yo- al que se le fue la vida.
Y uno se hace esta
pregunta: ¿ese es el destino de la vida humana? Estas cosas que digo
son muy elementales: el desarrollo no puede ser en contra de la
felicidad. Tiene que ser a favor de la felicidad humana; del amor
arriba de la Tierra, de las relaciones humanas, del cuidado a los
hijos, de tener amigos, de tener lo elemental.
Precisamente, porque ese es el tesoro más importante que tenemos, la felicidad. Cuando luchamos por el medio ambiente, tenemos que recordar que el primer elemento del medio ambiente se llama felicidad humana
Precisamente, porque ese es el tesoro más importante que tenemos, la felicidad. Cuando luchamos por el medio ambiente, tenemos que recordar que el primer elemento del medio ambiente se llama felicidad humana