Dos

Confianza. Te dejas llevar. Escuchas. Fluyes. Sientes. No estás solo. No haces sin pensar. El otro es un reflejo de tí mismo. Debes tratarlo con cuidado. No debes imponer tu voluntad a cualquier precio. Ni aquí ni en ninguna parte deberías hacer eso. Si una persona quiere un apretón de manos no le das una palmada en el culo, por poner un ejemplo de lo que quiero decir, y un tanto burdo la verdad. La cabeza no soluciona problemas, solamente los crea la mayoría de las veces, por lo tanto hay que discriminar con cuidado cuando escucharla y cuando no. Si alguien, que realmente eres tú mismo, te dice que algo no funciona la actitud más adecuada no es ponerse a la defensiva. Esto no es una lucha de egos. Nadie gana y nadie pierde. Yo te hablo. Lo menos que deberías hacer es escuchar con humildad. Si no me escuchas a mí creo que tampoco te permitirás escucharte a tí mismo. Y si no haces eso te pierdes el 90% de la realidad, la tuya propia y lo que eso significa en la de los demás. Es una lástima.
Yo no te guardo rencor. Me he intentado comunicar. Si cierras esa posibilidad y sueltas un: -pués a partir de ahora mejor que no coincidamos no has entendido lo que se está trabajando aquí. No hay distinción entre el otro y uno mismo. Lo que le haces al otro te lo haces a tí mismo. Es muy sencillo. Ahora tú escoges.

No hay comentarios:

Publicar un comentario