Lo que se afloja















Maravilloso el entorno que nos rodea. Responde instantáneamente a nuestras acciones, pensamientos, nuestros estados de ánimo.
Todo lo dicho es absurdamente obvio. Y por el hecho de ser así no le prestamos atención.

Ahí nos equivocamos. La dificultad, aparente o no, de una técnica o manera de comportamiento o acción, no reside en su apariencia, como realmente todas las cosas en esta vida, sino en el empeño con que la afrontemos.

Dentro de la sociedad donde nos hallamos englobados, la cultura del esfuerzo se encuentra en lo más alto de la escala. Si algo no es conseguido con el tristemente famoso sangre, sudor y lágrimas,
no parece ser digno de atraer nuestra atención. Y con esto no quiero indicar que sea necesario tirar por la vía que presente menos dificultad. No es exactamente eso.

Lo que diferencia una simple intención de un hecho es solamente el empeño que ponemos en el, cosa bien distinta de la cultura del esfuerzo.

Intención positiva y sobretodo constancia. Nada hay en ello que deba ser entendido como negativo. Si al final se le adhieren alguna de estas pegatinas que solemos sacar tan a menudo de nuestro recetario personal es porque nadie nos ha dicho que podemos comportarnos de otra forma, o ni tan siquiera nos hemos planteado algo similar.

Grande fue mi sorpresa cuando descubrí en la siguiente página

http://circulosdeluz.ning.com/

gran lugar para adentrarse en el autoconocimento y las técnicas de sanación, una práctica que me llamó la atención.

La técnica en sí era bastante simple. No quejarse de nada durante 21 días. Algo sencillo de conseguir con el suficiente empeño :) . Es algo similar a desprogramar un juguete que automáticamente reacciona a cada impulso, por diferente que sea, de la misma y repetitiva forma. Al principio te descubres accionando ese patrón sin ni siquiera ser consciente. Poco a poco descubres que ese patrón te está robando demasiada energía que podrías estar utilizando de mil formas posibles.

Paulatinamente te das cuenta de que un cierto silencio se apropia de tu cabeza. Si no estás reaccionando de forma inconsciente te haces más consciente, aunque suene redundante, de cosas que antes prestabas por alto.

Tal y como se explica en la técnica, el no quejarse no implica no poder decir aquello que se piensa, siempre que sea con propósito constructivo, cosa muy distinta de la queja sistemática y destructiva.

Adoptando esa forma de proceder nos causamos daño, el corazón se nos cierra, no aceptamos nada que no provenga de nosotros, cosa que causa dolor y rabia. Nada, en suma que nos beneficie en ningún sentido.

Por eso, en general, debe adoptarse la conciencia como nuestro gran aliado a la hora de comportarnos en la vida.

Conocimiento del entorno que nos rodea y conocimiento de nosotros mismos aplicado a una mejor experiencia de nuestro paso por la tierra.

Un tránsito que puede ser o un mal viaje o la mayor de las maravillas que podemos vivir.

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