Personal (III). El origen de las ideas

Todo pensamiento o afirmación es verdadero en su esencia, dentro de un limitado espectro de tiempo y duración. Pretender llevarlo más allá es una osadía.
Algunas afirmaciones, las menos, se basan en experiencias propias, y no en las ajenas, ya que sin proceso de verificación, nada de lo que decimos puede considerarse integrado en la conciencia.
Esa verificación, al fin y al cabo, es lo único que nos separa de ser unos meros repetidores de sentencias externas que nos parecen correctas y que concuerdan con nuestro proceso vital presente, o ni tan siquiera eso, nos gustaron en un momento dado y no nos hemos planteado el porqué siguen ahí.
Cuando de una forma natural se incorpora este pensamiento a nuestra conciencia, lo sabemos. Nada tiene que ver la mente en este proceso. En cambio, algo que podría ser la intuición nos avisa de que "eso" es real, y verdaderamente, no suele haber muchos momentos de esa magnitud.
Hay que buscar cada vez más seguir esa "intuición", y desconectar la mente. La energía así puede fluir en su total magnitud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario