POESÍA (XI)

















Desliza los pies por la vigilia del sueño,
alma inmortal que buscas emociones,
y recuerda,
no lo olvides nunca,
que allá donde mires a ti te hallaras
un reflejo de lo que odias
un anhelo de lo que reflejas,
alguien al que conoces
alguien al que no comprenderás jamas.

Siempre huyendo,
perseguido por la niebla del olvido
compañera fiel que camina a nuestra vera
suspirando y guiando mis, tus, sus pasos
en la búsqueda de algo sin término,
una metáfora que sea imperfección eterna,
una nada sin definir,
esa fiesta que vive y llora
lejos de arrecifes y peñascos,
entre las sombras y los hombres sin agallas,
cobardes que viven sin respirar y
ven sin querer vivir,
tropezando con estatuas de sal,
marionetas que danzan y bailan al aire
como pago por el espectáculo.

Qué fácil es rendirse y ver el muro,
claudicar y abandonar el tren postrero,
el que siempre va y nunca vemos.
No es tiempo ya de olvidar y...
Basta ya de huidas sin moverse del sitio,
basta ya de enfrentarse yéndose a otro lugar.
El destino se juzga igual en la ciudad sin nombre,
en la cama del moribundo
y en el amanecer de cada día eterno.
¿Juegas?

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