Subidas y bajadas

 
No se que decir. No se que hacer. El vacío que amenaza con devorarme es infinito. Nada lo sacia. 
A veces soy crítico con el mundo y conmigo. A veces me vuelvo indispensable para otra persona. A veces soy el mejor y siempre compito. A veces busco aquello que se que no tendré. A veces me mantengo apartado e inaccesible. A veces dudo sobre que hacer. A veces no me comprometo, y busco aventuras. A veces me gusta tener el control y discutir. Y a veces comprendo mejor a los demás que a mí mismo. A veces...

 Siempre se oye esa voz que te susurra: -déjalo, solo por esta vez. Podrás volver cuando quieras. Todo seguirá igual, te lo juro. ¿Para que esforzarse? Hazme caso, mejor descansa.
 
 Conozco el camino. Las herramientas siguen ahí. Aparecieron a lo largo de los años. Yo solamente me fijé en unas y descarté otras. Tengo constancia. Conozco mis límites. Lucho por mis objetivos. No me detengo, pese a saber que nunca llegaré, El camino no termina. La perfección es efímera, inalcanzable, sublime objetivo. 

  Mi destino, el nuestro, el de todos, es ser lo máximo que podamos en esta vida, ahora sin excusas, sin quejarse de nada ni de nadie, haciéndonos dueños de nuestro presente. Sin ataduras, agradeciendo a los que estuvieron, a los que no supimos ver cuando pasaron por nuestro lado, a los que parece que son una piedra en el zapato, a los que estarán y sobretodo a mi mismo, a ti, al otro...








 

No hay comentarios:

Publicar un comentario