PERSONAL(XII)

















La espera de lo improbable nunca fue mi fuerte. Me sentía atado de pies y manos, siempre en una metáfora demasiado real para lo que puedo soportar. Imaginar futuros imperfectos, dejarse llevar por remolinos de pensamientos alocados, tristes guardianes de la cordura.
Me pregunté quien era yo, eso llamado ser humano: huesos atados con ligamentos, vísceras, carne, piel, envueltos de consciencia.
Esfuerzo inútil. Como el de tantos otros: descubrir la verdad última, la composición del YO en mayúsculas. Alquimistas modernos de frustración. No hay búsqueda, ni realidades que puedan explicar la vida y sus misterios.
La gran mente. Intento de acceso.
Intuición. Es el momento. Suficiente coraje. Misma respuesta: -su tarjeta está caducada.
Vías de acceso incompletas. Brújula existencial perdida. Sin orientación.
La mente racional trabaja con resultados. El cuerpo con sensaciones.
Chocar con los mismos obstáculos intangibles. Tal vez no hay intento.
Nada fluye más que la no definición, la acción instintiva guiada por el espíritu supremo de lo innombrable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario