VISIONES(II)















Aquí no hay tiempo, nada que hacer, nada que pensar, nada que decir.
Soy ciega, y no importa. Solo puedo sentir. Escucho el atronador retumbar de la creación con su ritmo constante y cómo llega hasta mí. Me hace cosquillas. Sonreiría si pudiera hacerlo. Aún no.
Estoy en paz. No conozco el miedo, ni la rabia, ni el odio; todo eso no puede llegar aquí. Soy amor infinito, incondicional; amor sin reservas y sin esperar nada a cambio. Mi sola presencia fecunda la existencia entera, iluminando, dando calor y vida. Eso soy yo. Estiro mi mano y toco una de las paredes que me acogen. Casi puedo sentir su amor. Mi pequeño corazón se adapta al de ella.
¿Salir de aquí? No lo deseo. Esto es el paraíso. Mi alma inmortal ha venido aquí con un propósito, y ese es el de vivir una vida humana, una más. Debo aprender de los maestros que hallaré. Los más importantes, mis padres.
Gracias, madre, por llevarme en tu vientre, por cobijarme dentro de ti durante nueve meses. No quiero terminar esto, pero he de hacerlo. Tendré un nacimiento perfecto. Las dos, yo y tú, tú y yo, participaremos en armonía para que ninguna sufra en el proceso. Yo iniciare el movimiento en espiral que me acercará a la salida cuando sienta tu cuerpo contraerse anunciando el momento. Tú entonces dilataras tu vagina lo suficiente para que con un pequeño gesto, salga al mundo casi sin esfuerzo. Sí, será así.
Entonces veré el mundo, frío e insensible, cálido y acogedor, y olvidaré lo que ahora se.
Deberé recordar otra vez que este cuerpo es solo la envoltura de mi alma inmortal.
Noto tensión, músculos agarrotados. Hay sangre a mi alrededor. ¿Qué es esto? Madre ¿Por qué lo haces? Oigo gritos, hay caos aquí y afuera también. ¿Deseas matarme? Ahora entiendo, me haces lo mismo que te hizo tu madre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario